Para Gabriela Jiménez Casas, investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Autónoma de México (UNAM) “muchas de estas unidades se enfrían por agua, es una especie de suelo flotante y abajo está el agua, y si se mueve enfría el cuarto. Estos servidores enormes que están repartidos por el mundo tienen un sistema de refrigeración, unos con agua, otros con aires acondicionados, y todos crean una cantidad de CO2 impresionante. No nada más es lo que consume el equipo como tal, sino también su mantenimiento. Aires acondicionados y equipo para controlar el clima generan mucho CO2”, apunta la ecóloga.
Comparativamente hablando, una búsqueda en internet genera 7 gramos de CO2, mandar un email hasta 50 gramos, dependiendo si es solo texto o con imágenes, ver un video durante una hora 720 gramos de CO2.
En un mundo donde el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es el futuro cercano, donde la interconectividad de nuestros dispositivos móviles con todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida diaria, desde encender las luces, hasta hacer las compras, es el destino inevitable, pensar en desconectarnos ocasionalmente, no sólo nos ayuda a nosotros mismos, sino al planeta.
Los expertos recomiendan que para evitar la contaminación digital, optemos por utilizar formatos de baja resolución o de plano, omitir el consumo de videos HD, además de limpiar periodicamente nuestra bandeja de entrada, evitar la transmición de información vana como las cadenas de WhatsApp, los memes o los GIFs.