26 Abr La urgente transición sostenible, ¿Ahora sí?
- El Pacto Verde Europeo marca la ruta para la descarbonización mundial.
- América Latina es la región con mayores ventajas ambientales para una recuperación post pandemia.
Por Edith González Cruz
A casi un año de cumplirse la primera fase de la pandemia y con ella el cierre de actividades económicas, turísticas y culturales, el mundo espera con nuevos bríos la llegada de la primavera.
En Europa, la época de calor y luz se celebrará con la llamada Nueva Bauhaus Europea, un proyecto medioambiental, económico y cultural que tiene como objetivo posicionar e impulsar entre la población el Green Deal o Pacto Verde Europeo y, con ello, acelerar la transformación sostenible en el viejo continente.
El Green Deal o Pacto Verde Europeo es la meta más ambiciosa de la Unión Europea para llegar a una economía baja en carbono para el 2030 y convertirse en el primer continente climáticamente neutro para el 2050. Su hoja de ruta incluye estrategias basadas en el impulso a las energías renovables y un plan de acción en materia de economía circular; así como una economía climáticamente neutra donde la financiación sostenible será el elemento central del sistema financiero.
Para lograr estas metas, la Comisión Europea pretende movilizar al 2030, un billón de euros a través del Plan de Inversiones del Pacto Verde Europeo, el cual contempla la financiación a inversiones sostenibles, la capacitación y el apoyo práctico.
Además, el Mecanismo para una Transición Justa aportará un paquete de ayuda financiera y práctica por un valor mínimo de 100,000 millones de euros, destinado a mitigar el impacto socioeconómico de la transición, como es la ayuda a los trabajadores y a las comunidades que dependen de la cadena de valor de los combustibles fósiles, es decir, las regiones más afectadas por la descarbonización.
El impacto del Green Deal europeo en América Latina
Bajo el principio de “no dejar a nadie atrás”, suscrito en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Pacto Verde Europeo contiene un apartado sobre las alianzas verdes y el apoyo financiero a regiones vulnerables al cambio climático, como es el caso de América Latina y el Caribe. Sin embargo, también anticipa que “la transición ecológica reconfigurará las relaciones geopolíticas, incluidos los intereses económicos, comerciales y de seguridad a escala mundial, lo que creará desafíos para una serie de Estados y sociedades”, indica el documento.
América Latina podría salir ganando en esta transición verde, ya que la región cuenta con abundantes recursos, principalmente para la generación de energías renovables como la solar, eólica, hidroeléctrica o geotérmica; ello sin considerar que, además, la región cuenta con importantes tratados comerciales con Estados Unidos y Canadá.
En este sentido, la eliminación gradual de la financiación por parte de las instituciones multilaterales y agencias de desarrollo a la infraestructura de combustibles fósiles, como centrales eléctricas de carbón, petróleo y gas, no significaría un gran impacto si se ponen en la balanza las posibilidades de inversiones sostenibles a favor de la descarbonización, como la creación de fondos de inversión verde, una intensa inversión privada en proyectos de energías limpias y subvenciones a proyectos destinados a reducir las emisiones de CO2 o metano, tal como está sucediendo con la llamada ‘fiebre del hidrógeno verde’, la energía generada mediante energías renovables.
Chile se está proyectando como líder en la generación del hidrógeno verde gracias a su excedente de producción de electricidad solar y eólica, mientras que en Uruguay, país donde las energías renovables ya abastecen el 98% de la red eléctrica, el gobierno, la petrolera nacional Ancap y empresas privadas están desarrollando un proyecto piloto para movilizar camiones de transporte a base de hidrógeno.
En Europa, países como Alemania, Francia, Bélgica, Dinamarca y España ya están desarrollando proyectos de este tipo, los cuales no tardarán mucho en expandirse a Latinoamérica, mientras que la inversión privada ya lo está haciendo. Desde finales del año pasado las inversiones en proyectos de producción de hidrógeno verde son una realidad en empresas como Repsol, Siemens, Naturgy, Iberdrola, Endesa o Enagás.
La Unión Europea prevé que la participación del hidrógeno crecerá del 2% al 14% al 2050, mientras que las proyecciones sobre inversiones sostenibles de Bank of América indican que para ese mismo año las compañías petroleras y de gas podrían perder hasta el 25%del negocio ante inversiones a favor del hidrógeno.
¿Nos espera un futuro verde?
En marzo del año pasado, cuando apenas se vislumbraban los efectos económicos, sociales y ambientales de la pandemia, los titulares de los principales organismos internacionales como Naciones Unidas (ONU), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señalaron que la pandemia no debía ser una excusa para dejar de reducir los gases de efecto invernadero, puesto que “el clima y sus efectos están estrechamente ligados a la salud humana y al brote de nuevas epidemias”.
Esta llamada de atención mundial, sumada a las ambiciones climáticas del Green Deal Europeo y el retorno de Estados Unidos al Acuerdo de París, marcan un camino de esperanza hacia la descarbonización del mundo y, sin duda, inyectan nuevos bríos en vísperas de la próxima COP26, la conferencia internacional más importante sobre cambio climático a realizarse el próximo mes de noviembre en Glasgow, Estocolmo y que fue cancelada el año pasado por la pandemia.
De reactivarse la economía post COVID bajo la mirada de la transición hacia una economía verde y baja en carbono a nivel global y de posicionar el tema de la descarbonización entre la población en general -como se pretende con la etiqueta de la Nueva Bauhaus Europea-, la próxima COP26 podría marcar un hito en la historia de la lucha contra el cambio climático como lo fue cuando se estableció el Acuerdo de París en el 2015.
Recuadro informativo
El Green Deal se fundamenta en siete pilares:
- Energías limpias.
- Industria sostenible basada en la economía circular.
- Movilidad sostenible, así como más transporte ferroviario y marítimo y menos aéreo y por carreteras.
- Edificios eficientes, menos uso de recursos energéticos y mejor tecnología.
- Biodiversidad, mejorar la resiliencia de los ecosistemas.
- Agricultura sostenible, reducir los contaminantes químicos en suelos y aguas y controlar la pesca industrial.
- Reducir la contaminación en todas sus modalidades: aire, agua, suelos, mares.
Fuentes:
Pacto Verde Europeo, 11 de diciembre 2019: https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?qid=1576150542719&uri=COM%3A2019%3A640%3AFIN
Mensaje del Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, con motivo del Día Meteorológico Mundial y Día Mundial del Agua, en el marco de la pandemia por la COVID-19. 18 de marzo de 2020. https://www.youtube.com/watch?v=L7rCK1xh5CY&feature=emb_logo
Blog sobre energías renovables del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). https://blogs.iadb.org/energia/es/
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