
16 Oct Economía lineal vs economía circular
Probablemente estés familiarizado con el concepto de las 3R de reciclaje: reducir, reutilizar, reciclar. Sin embargo, cada vez más son los foros y las empresas que hablan de un concepto evolucionado de las 7R y la economía circular. ¿A qué se refiere?
La economía líneal es aquella basada en crear, usar y desechar todo aquello que ha sido producido cuando ya no es útil. No considera los límites de los recursos requeridos para la producción de los bienes, ni tampoco el impacto de aquello que se deshecha. El modelo de la economía de reciclaje adopta mayor conciencia sobre la utilización de recursos para la producción y el reaprovechamiento mediante reciclaje, pero resulta insuficiente pues el porcentaje de materia que puede ser efectivamente reciclada es mínima.
El concepto de economía circular da un paso más allá, y busca cerrar el ciclo de utilidad de todo aquello que se utiliza en la producción para evitar la pérdida innecesaria de recursos y otorgarle la mayor cantidad de vidas posibles a los objetos ya creados. El modelo circular tiene 7 principios básicos que reciben el nombre de las 7R:
1. Rediseñar: Este primer concepto es el que incorpora la ecología al mundo del diseño. Ahora la funcionalidad no es el único objetivo que se busca a la hora de la fabricación. Comparte su protagonismo con la sostenibilidad, introduciendo materiales reciclables, biodegradables o respetuosos con el medio ambiente.
2. Reducir: En nuestra sociedad se tiende a consumir y desechar una gran cantidad de bienes, creando grandes desperdicios y residuos que muchas veces, no se gestionan de forma correcta, la solución es reducir. Reducir el consumo de bienes, productos, energía, electricidad, agua… Es una muy buena forma, además, para reducir la huella de carbono que generamos de manera individual. Si quieres saber cuánto perjudicas al medio ambiente, visita nuestro post de Facebook para calcular el impacto que generas.
3. Reutilizar: Consiste en darle un nuevo uso a los productos, incluso para destinarlos a finalidades diferentes por las que se crearon. Esto ayudaría a alargar su vida útil además de frenar la producción masiva de residuos. Utilizar bolsas de tela que regalan las marcas a forma de publicidad para hacer la compra o hacer manualidades con botellas de plástico vacías con los pequeños de la casa son dos de los miles de ejemplos que existen para reutilizar objetos.
4. Reparar: Si algo que has comprado se estropea o se rompe, emplea un tiempo en intentar arreglarlo, sustituir aquellas piezas defectuosas… Además de colaborar a la reducción de residuos ahorrarás dinero, ya que muchas veces el reemplazar algo es más caro que repararlo.
5. Renovar: Trata de actualizar aquellos objetos antiguos a los que ya no das uso. Muchas veces se puede dar un toque moderno con poco esfuerzo a aquello que se ha quedado anticuado. Por ejemplo, los tocadiscos se crearon hace más de 90 años y, ¡ahora están muy de moda! Quítale el polvo a esa reliquia familiar y haz lo posible para que vuelva a servir para lo que fue creado.
6. Recuperar: Es tan simple como volver a introducir materiales usados en el proceso de fabricación para convertirlos en materias primas de nuevo y así crear nuevos productos.
7. Reciclar: Una vez se le dan todas las vidas posibles a un producto es fundamental el reciclaje. Hay que separar los desperdicios y residuos e introducirlos en el contenedor oportuno. El medio ambiente te agradecerá que no contribuyas a la contaminación y a la sobreexplotación de los recursos naturales.
Las 7R de la economía circular son los pasos a seguir para cambiar nuestra economía, dejar atrás el modelo lineal y convertirlo en algo más sostenible y duradero. Ayudar al medio ambiente y ser responsables a la hora del consumo está en la mano de todos los consumidores.
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